domingo, 30 de mayo de 2010

Sin comentarioS

Ningún diccionario, ninguna enciclopedia, ningún manual especializado, ningún ensayo consigue desvelar satisfactoriamente el misterio del cine.
El cine es un interrogante resbaladizo que nos hechiza con sus ficciones, con sus mentiras y, sin embargo, cedemos ante esas farsas, creemos en esos simulacros... El cine nos convierte en ciegos que aman su ceguera.
Ya Aristóteles quiso descifrar esta incógnita acerca del placer que siente todo ser humano ante una narración, ya sea una fatal tragedia o una hilarante comedia. Y después de más de dos mil trescientos años de tesis, de antítesis y de síntesis la fórmula no ha sido hallada todavía. Seguimos queriendo ser ciegos, seguimos sin saber por qué y, no obstante, continuamos deleitándonos ante los relatos literarios, ante las narraciones fílmicas y ante las representaciones teatrales. La pregunta resulta obvia ¿por qué intentar despejar ese interrogante? ¿por qué racionalizar lo irracionalizable? Porque es inevitable: del mismo modo que no podemos evitar sentir placer ante un relato, tampoco podemos eludir nuestro imperante afán por hacer encajar todas las piezas del puzzle.
Sin embargo, ante la falta de una teoría que sacie todas las dudas que nos plantea el arte narrativo en general y, sobretodo, el arte cinematográfico en particular sólo nos queda entregarnos a éste desde el placer más desinteresado, desde el abandono más infantil, desde la pasión por la pasión.
Sin comentarioS es un proyecto que tiene por bandera esta vivencia del cine que se propone, a partir del análisis crítico de películas, crear un pequeño y humilde espacio de diálogo en torno al séptimo arte en el que la declaración de amor por el cine se alza como su razón de ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario