domingo, 26 de septiembre de 2010

Otra María Antonieta



Tras la discutida 67 edición de La Mostra di Venezia que premiaba a Sofia Coppola por Somewhere y ante la imposibilidad de juzgar (aún) dicho filme, aprovechamos para analizar la penúltima película dirigida por Coppola: María Antonieta.
Pensar en una figura histórica tan conocida y relevante como es María Antonieta implica necesariamente remitirnos a un contexto histórico que bien es sabido por cualquiera. Pensar en el trabajo de una directora como Coppola supone arrojar la intimidad del individuo ante la mirada indiscreta del espectador. Con María Antonieta, Coppola sigue fiel a su signo y desnuda a un personaje para convertirlo en una persona pretendiendo desincrustar ese encorsetamiento al que la mirada histórica somete a sus protagonistas. Teniendo como referencia la biografía Marie Antoinette: The Journey de Antonia Fraser, Coppola redibuja a una María Antonieta que rompe con muchos de los mitos achacados a la Delfina. Con esta reconversión, la directora persigue iluminar con una nueva mirada a la reina de Francia, escapando de la historicidad estricta para concentrarse en la definición de lo humano de ésta. El resultado es un retrato de una adolescente que se ve forzada a cumplir con una empresa para la que no está preparada. Bajo la punzante crítica de la corte, las presiones para engendrar un heredero de la corona y la pesada soledad que sufría en Versalles, María Antonieta se recrea en una vida de lujos, fiestas y diversión que le permite evadirse de un entorno hostil. Este marco en el que Coppola encuadra a la Delfina imprime una apuesta estética sumamente rotunda que convierte al filme en una experiencia visual desbordante. Esta generosidad estética no responde únicamente a los criterios históricos de la corte francesa del XVIII que no reparaba en regocijarse en la opulencia más extrema, sino que también resulta absolutamente necesaria para expresar el desarraigo y la soledad de una inmadura María Antonieta. En efecto, la película pone un marcado énfasis en lo relativo a la visualidad como contrapunto a un escueto guión que resalta el desapego de la reina de Francia para con sus cortesanos. El escaso texto permite dar con el silencio y éste, a su vez, con la soledad, con el aislamiento.
Esta concepción del filme le costó a Sofia Coppola más de una crítica desfavorable desde el momento en el que se presentó en el Festival de Cannes en 2006. Tachándolo de frívolo y poco riguroso, las críticas se justificaban por la exclusión de detalles históricos relevantes, reduciéndose la película a un mero espectáculo estético. Sin embargo, la objeción urge si se tiene en cuenta la intención de Coppola: "Mi principal objetivo era no hacer una gran película histórica épica", "La idea era captar en el diseño el modo en que yo había imaginado la esencia del espíritu de María Antonieta". Efectivamente, la desavenencia entre Coppola y la crítica radica en concepciones diametralmente opuestas del biopic histórico. Mientras que la de Coppola apunta a una renovación que permite el juego, los guiños y la elasticidad conceptual y audiovisual, la perspectiva de la crítica es reticente a esta permeabilidad, sostienendo una visión un tanto anquilosada que exige la máxima fidelidad a los hechos históricos.
Es obvio que la obra de Coppola se aleja rotunda y apresuradamente de una visión mimética de la Francia del XVIII y lo hace intencionadamente porque no pretende desvelar las vicisitudes imperantes en Versalles, sino que procura dibujar a otra María Antonieta, a su María Antonieta. No sólo no esconde sus propósitos, sino que Coppola los lleva a su última consecuencia: son muchas las licencias que se toma para poder dirigir este ambicioso y arriesgado proyecto, desde el guión hasta la banda sonora - que supone una superposición de épocas desconcertante a priori pero muy acertada si se atiende a las pretensiones de la directora - son concebidos bajo una mirada personal que, como toda particularidad que se desmarca de lo genérico, supondrá las congratulaciones de algunos y las desaprobaciones de otros.

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